sábado, 16 de julio de 2011

Te lo dije - Megan Maxwell




¿De qué va la cosa?
Victoria, una mujer algo difícil de tratar, exigente, estirada e incluso maleducada que descubre, el día antes de su boda, que su futuro marido la engaña con su mejor amiga. Tras este duro golpe e inmersa en un profundo caos emocional, se encuentra con un nuevo desafío profesional: deberá viajar a Escocia y, en un plazo de dos meses, encontrar a un Conde, dueño de un castillo, y conseguir que éste firme un contrato de cesión para rodar en él un spot publicitario de una firma de relojes. De no conseguirlo, no sólo perderá su empleo, sino que como consecuencia de ello deberá renunciar a su glamouroso estilo de vida. Maleta en mano y con todos sus pensamientos sobre los últimos hechos acontecidos en su cabeza, se traslada al corazón de las Highlands junto a su hermana Bárbara, sin sospechar que a su llegada no encontrará más que gente de pueblo, animales y días lluviosos. Además, Victoria deberá lidiar con Niall, la mano derecha del Conde, que sabe muy bien cómo tratar a una mujer con su carácter.


¿Os acordais de que, hace no mucho, os comenté que había tenido que dejar pasar unos cuantos de días desde que leí el libro hasta que hice la reseña? Pues con éste me ha pasado algo parecido. La trama del libro me llamaba la atención, prometía ser divertido, pero que fuera un chick-lit ibérico(por llamarlo de alguna manera) me tiraba para atrás a la hora de meterle mano. He probado con otros títulos y, aunque no estaban del todo mal, no llegaron a convencerme. Además, venía de darme esa especie de empacho de bodas por cortesía de Nora Roberts y el último me había dejado buen sabor de boca (no sé si sería porque la protagonista es repostera jajaja) y necesitaba un libro que me enganchase casi tanto como ése ultimo, ya que los dos anteriores era un poco flojos.Bueno, pues, como no tenía nada más a la mano porque había devorado gran parte de mi reserva para los próximos días, cogí Te lo dije, aunque eso sí... De mala gana.
Pero ese efecto sólo duró unos cuantos minutos. Vale, puede que un par de horas porque en el arranque me costó meterme, pero en cuanto Victoria y su hermana llegaron al hotel , ya estaba enganchada
Victoria es un personaje completamente insoportable de principio a fin. Alguien con quien no te gustaría topar, a menos que fuese como este caso, siendo el personaje de un libro y que lo sufran otros. Su hermana Bárbara es absolutamente genial y las conversaciones entre las dos son tan tan cercanas. Sus expresiones me matan. Españolas al cien por cien. .
—Tienes el gusto de un calamar adobao, hija mía —y señalando de nuevo a los hombres que ahora las miraban, dijo tras pestañear al de pelo cobrizo—. Pero ¿tú has visto que dos monumentos?

Sus peleas de hermanas son auténticas, de esas que una puede tener en un momento dado tipo con su adorado compañero de juegos a la par que tormento. A pesar de sus particulares guerras, Bárbara es una hermana fiel, no abandona a Victoria ni cuando sabe que se está comportando como una auténtica insértese cualquier palabra malsonante.
Es verdad que Victoria tiene muchas razones para estar de malhumor, pero es que Vicky  ya nació de malhumor. Tiene la fea costumbre de mirar por encma del hombro a todo el mundo, incluida su madre. Sin embargo, este viaje a Escocia para arreglar el desaguisado laboral va a enseñarle a esta madrileña de barrio con muchos humos que no todo es glamour, lujo y dinero.
Para ello contará con la inestimable ayuda de Nial al que Victoria trata con la punta del pie desde el minuto uno sin saber que ha dado con la horma de su zapato. Ojito a esos diálogos entre los dos porque no tienen precio jajaja.
Luego están rodeados por un coro de personajes secundarios que son a cual más encantador: Marga, la madre de la criatura; Victor, el mejor-amigo-gay de las has hermanas, y que tiene cada frase jajaja y un montón de escoceses amables:  Ona, Tom, Robert,... Os la recomiendo sí queréis reír a carcajada limpia.

Un aperitivo:
Mientras Marga servía la sopa Víctor observó el gesto taciturno de Bárbara. Lo estaba pasando mal. Y para hacerla sonreír con su habitual sentido del humor soltó un bombazo para horror de Victoria.
—Creo que alguien muy glamoroso que se sienta aquí, hoy ha visitado el saloncito rosa de la señora Antonia.
Victoria le miró con su mirada de doberman a punto de atacar ¿Por qué tenía que sacar ahora aquel tema? Al ver que su madre paraba de servir la sopa y la miraba a la espera de que contara aquello, tuvo que contestar.
—De acuerdo. He sido yo. Ella me dijo que estabas en la frutería de Goyo y que pasara a su casa hasta que llegaras.
—¿Has saludado a Jesús? —se mofó Víctor ante las risitas de Bárbara.
—¡Tú qué crees! —respondió Victoria con gesto serio.
—¿Por qué no me lo habías comentado?
—Eso te lo digo yo —replicó Bárbara a quién le encantaba chinchar a su hermana—. Porque tendría que decirte que va a conocer a un Tauro y que vas a ser abuela de dos chiquillos.
—¡Bendito sea Dios! —gritó Marga a punto de derramar la sopa—. ¿Estás embarazada cariño? ¡Oh qué ilusión!
—No mamá —negó con decisión mirando a su hermana—. No estoy embarazada. ¡Sólo me faltaba eso!
—Por lo visto —continuó Víctor—. Los posos del café han dicho que en un viaje conocerá al amor de su vida y quién sabe si será de la realeza.
—Sí claro —se mofó Bárbara ante la cara de perro de su hermana—. Y será conocida en el mundo entero, como la sidra El gaitero.
—Prefiero no decir cómo te conocerían a ti —espetó Victoria.
—Tesoro. Antes me has contado que te ibas de viaje ¿verdad?
—Sí mamá. Pero mamá no...
—Y también —gritó Marga asustando a los demás—. Que tienes que encontrar a un... ¿duque?
—¿Duque? —gritó levantándose Víctor— ¿Tienes que contratar al duque? ¿Nuestro duque? ¿Al morenazo malísimo, que está buenísimo y que todos los jueves me quita el sueño?
—Oh Diosss —suspiró Bárbara ante la cara de incredulidad de Victoria—. Con lo bueno que está el San Silvestre. Dime ¿para qué anuncio le tienes que contratar?
—¿Cómo termina la serie? —gritó Víctor—. ¿Se casa con Catalina o se lo cepillan?
—Dime que terminan juntos —intervino Margarita al recordar la serie—. Juntos y siendo felices en un chalecito adosado con perro y niños.
—Lo dudo, Marga —señaló Víctor—. Creo que se lo quieren cepillar.
—¡Ostras Vicky! —aplaudió Bárbara—. Me tienes que traer una foto dedicada del duque.
Victoria, al escuchar a aquellos tres maldijo en voz baja. ¿Por qué todo lo entendían al revés?
—Vamos a ver —aclaró echándose para atrás en la silla—. Yo no voy a contratar al duque. Voy a buscar a un conde.
—Da igual —rió Víctor—. Mientras esté tan bueno como el otro, me vale.
—Vamos a ver, mamá —prosiguió Victoria—. Mi viaje a Escocia se debe a que tengo que «encontrar» a un imbécil que al parecer es conde, no duque, para que me firme un contrato que nos autorice a rodar en el castillo de Eilean Donan.
—¿Has dicho Eilean Donan? —exclamó Bárbara dejando la cuchara—. ¿El que sale en la película Los inmortales y en las novelas medievales que leo? Bueno, leíamos.
—Sí.
—¿El de la película de James Bond El mundo nunca es suficiente? —preguntó Víctor incrédulo.
—Sí. El mismo —asintió poniendo los ojos en blanco.
—¡Madre mía, qué pasada! —añadió Bárbara—. Dime que puedo acompañarte.
—No.
—Por favor, por favor, Vicky —rogó Bárbara.
—He dicho que no —sólo le faltaba a su hermana allí para molestar—. Voy por trabajo. No por placer.
—Eres una borde, por no decir algo peor ¿lo sabías? —gruñó su hermana.
—Sí, mona —espetó Victoria—.Te encargas de recordármelo cada vez que me ves.
—La venita del cuello te delata, reina —señaló Víctor sonriendo.
—No empecemos —regañó Margarita. Sus hijas eran especialistas en discutir.
—Esta snob me sacas de mis casillas —y señalando a su hermana dijo—. No pretendo que me pagues el viaje. ¡Tengo mi dinero! No necesito tu ayuda para poder viajar ¡pedazo de estúpida! Incluso no te necesito para moverme por allí. Te recuerdo ¡tonta del culo! que soy tan bilingüe como tú.
—Bárbara —respondió Victoria con seriedad—. Vuelve a insultarme y te acordarás.
—Vicky, podías tirarte el rollo —insistió Víctor—. Para su nuevo libro le vendría fenomenal.
—¡He dicho que no! No es el momento. Necesito estar concentrada al cien por cien para conseguir mi propósito —vociferó ganándose una dura mirada de su hermana.
—Eres menos profunda que un charco —señaló Bárbara.
—Pero vamos a ver —intermedio Margarita—. ¿De qué castillo estáis hablando?
—Mami. Te acuerdas de la película La boda de mi novia.
—No. Creo que no la he visto —dudó Marga.
—Sí mami. Es esa en la que sale el doctor Derek Shepherd. El doctor macizo de Anatomía de Grey.
—Ah...sí. Ésa en la que él se da cuenta de que está enamorado de la morenita cuando ella se va a casar con un escocés rubio grandote.
—¡Exacto, Diane Lane! —sonrió Víctor haciéndola sonreír.
—Mami —insistió Bárbara—. Me vendría de perlas visitar ese lugar, podría recopilar información para mi novela. Pero la idiota de tu hija no quiere que vaya con ella.
—Pero Vicky, tesoro mío —murmuró Margarita—, si vas a ir ¿qué te cuesta llevar a tu hermana contigo?
—Es un viaje de negocios mamá. Ella sólo molestaría.
—¿Me estás llamando mosca cojonera? —vociferó Bárbara.
—Oh Dios —suspiró Victoria enfadada—. ¿Pero no te das cuenta de que el viaje es por trabajo?
—¡Vete a la mierda! —gritó Bárbara.
—Tú delante para que no me pierda —respondió su hermana.



Y un video creado por la propia autora para la sinopsis del libro:

jueves, 7 de julio de 2011

Adaptación de Austenland a la pantalla grande

Se suponía que hoy no tocaba esto, pero no he podido evitarlo. Ayer, dentro de mis paseos diarios por blogs sobre pelis, libros y el resto de chorradas que me encantan, me encontré con una noticia que me alegró en cierta forma el día. Van a adaptar a la pantalla grande una de mis novelas inspiradas en el mundo Austen favoritas.
La novela, escrita por Shannon Hale hace ya unos añitos, cuenta la historia de Jane Hayes, una chica de 32 años a todos los efectos aparentemente normal excepto por un pequeñísimo, ínfimo, minúsculo detalle: está un pelín obsesionada con Darcy y, más concretamente, con el Darcy encarnado por Colin Firth en la versión de la BBC de Orgullo y Prejuicio allá por 1996.
Su familia, más concretamente su madre y una tataratía de quien Jane no sabía nada hasta hace apenas unos días, está muy preocupadas. Creen que eso le impide tener una vida normal e intentan hacer algo al respecto.
La cosa es que nada sucede hasta que fallece la tía desconocida y le deja como herencia unas vacaciones pagadas en régimen de todo incluido en Pembrook Hall, el Austenland del título, un especie de resort temático de la Regencia.
Jane acepta el regalo porque quiere tomarlo como una especie de terapia para curarse de una vez por toda de su absurda obsesión por Darcy/Colin. Sin embargo, Pembrook Park es todo lo que una austenita podría desear.Cree estar viviendo un sueño mientras intenta aclimatarse a la etiqueta, el vestuario y las restricciones de la época: nada de moviles, de e-mails, etc. Consciente de que Pembrook Park tiene actores contratados para comportarse como auténticos caballeros y damas de la época y que éstos se mezclan con el resto de visitantes sin que sea fácil diferenciar quiénes son unos y otros, la chica empieza a tener ciertos problemas cuando está dividida entre la atracción que siente hacia Nobley, un caballero a la Darcy, y el mucho más terrenal Theodore, una especie de jardínero del recinto.
Personalmente, ésta es una de las novelas que más he disfrutado de las inspiradas en Jane Austen y además, me siento absolutamente identificada con el personaje. Aunque mi caballero Austeniano favorito es el Capitán Wentworth con esa carta y su"You pierce my soul.  I am half agony, half hope.  Tell me not that I am too late, that such precious feelings are gone for ever.  I offer myself to you again with a heart even more your own than when you almost broke it, eight years and a half ago... Darcy siempre será Darcy y ningun Darcy podrá superar a Colin (y su escena del lago, dicho sea de paso jajaja)
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En cuanto al reparto, los tres personajes principales estaran interpretados por Keri Russell (Felicity), J.J. Field (Mr. Tilney en Northanger Abbey de la ITV) y Brett Mckenzie (Flight of the Concords, Señor de los Anillos). Entre los secundarios, algunas caras conocidas: Jennifer Coolidge, Jane Seymour, Rupert Vansittart y James Callis.

El guión estará en manos de la propia Hale, garantía de que intentará ser lo más fiel a la historia posible, y Jared Hess el director de Napoleón Dynamite. La producción correrá a cargo de Stephanie Meyer, autora de la saga Crepúsculo, que ya se estrenó en estas lides de la producción con Amanecer. 
Jerusha Hess, esposa de Jared y, a la sazón, su guionista en la propio Napoleón Dynamite, estará a cargo de la dirección. Vamos, que los Hess se han intercambiado los oficios en esta ocasión.
Mi mayor temor es que, estando implicada la Meyer, alguno de los visitantes de Pembrook resulte ser un cazador de vampiros o algo parecido jajaja O eso, o se ha equivocado de libro a la hora de adaptar a Austen porque mira que hay rarezas de su estilo Mr. Darcy Vampire  de Amanda Grange u  Orgullo Prejuicio y zombies de Seth Graham-Smith y su otra conocida adaptación de un clásico de Austen, Sentido Sensibilidad y monstruos marinos jajajaja.

Bueno, seguiremos informando y seguramente caerá un Releyendo: Austenland para resfrecarnos la memoria por lo que nos queda por venir.


lunes, 4 de julio de 2011

La mirada de mujer - Marc Levy

 
¿De qué va la cosa? 

En su adolescencia lo fueron todo el uno para el otro. Con el optimismo de su juventud, Philip y Susan prometieron amarse siempre, aunque el destino los separara. Y finalmente la vida los llevó por diferentes caminos. Ella tenía muy claro que su lugar estaba entre los menos afortunados y partió a Honduras como voluntaria. Él decidió quedarse en su ciudad natal, Nueva York, y con el tiempo se convirtió en un publicista de prestigio. Los años pasaron pero ese primer amor siguió latente: a pesar de la disparidad de sus vidas, ambos mantuvieron vivo el contacto a través de numerosas cartas y de encuentros esporádicos. Todo parecía indicar que así seguiría su relación, pero un día el destino volvió a unirlos. Philip había prometido a Susan que pasara lo que pasara siempre podría contar con él. Había llegado el momento de cumplir su promesa.

Bueno, ya sé que he proclamado a los cuatro vientos lo mucho que me encanta cómo escribe este hombre y lo mantengo.  Podría salirme por la tangente, decir que este libro va de las complejidades de las relaciones humanas (cosa, por otra parte, que bien podría ser cierta), de cómo la vida nos pone a prueba durante años hasta conseguir lo que realmente queremos o cómo nos hace darnos cuenta que lo que realmente queremos no es lo que necesitamos.... No lo diré. Levy es un gran escritor, crea unos personajes únicos, que llegan....
Pero este libro es la excepción que confirma la regla. Para empezar, no hay más que lo que veis ahí. Susan, Philip, unas cartas que no lo son, unos encuentros en la mesa de la cafetería del aeropuerto y un historia sin historia.
Phillip es un hombre aferrado a sus sentimientos por Susan, tanto que casi deja pasar la oportunidad de su vida. Susan es un personaje que no entiendo. No lo entiendo en absoluto. Sus idas y venidas, su indecisión, su actitud... No entiendo, y esto es lo más inexplicable, sobre todo a los personajes femeninos. Inexplicable por la traducción que le dieron al titulo y, que me hace pensar que el padre del invento no se leyó la novela.
Incluso esa sorpresa que se supone que lo cambiaría todo, necesita de un recurso tan manido, tan agotado para alcanzar el desenlace con final feliz.
Me ha parecido un libro triste, triste de leer, triste para identificarse con él. Me produjo una inmensa tristeza, a pesar de que el final termina más o menos bien, aunque un poco apresurado para mi gusto. Todo muy a ultima hora.
Lo siento, señor Levy. Primer pinchazo. Nadie es infalible. Aún le queda tres o cuatro para redimirse jajaja.

miércoles, 29 de junio de 2011

Serie Cuatro Bodas - Nora Roberts

¿De qué va la serie? 

Mackensie, Parker, Laurel y Emmaline son amigas de toda la vida y juntas han pasado de jugara a El día de la boda a montar  un muy próspero negocio de planificación de bodas. Junto a las chicas están la señora Grady, que cuida de que no se mueran de hambre y  a cada uno en su sitio cuando hace falta; Delaney Brown, hermano de Parker y abogado de la empresa, que ejerce de hermano no sólo con la que comparte genes sino con las otras tres.... Y de qué manera. Jack, mejor amigo de Del, y un par de buenas manos extra cuando se le necesita.... En su vida laboral, ejercen de pequeñas hadas madrinas, expertas en realizar sueños, resolver crisis de última hora y lidiar con novias de todo tipo, familiares de los más variopinto... Todo con sólo un propósito: La boda perfecta. Pero, a pesar de ayudar a miles de parejas felices a organizar el día más grande de sus vidas, las cuatro no han tenido suerte en el amor…


Album de boda  

El primero de la serie nos habla de Mackensie. Mac, como se la conoce cariñosamente, se encarga de la fotografía en Votos. Es la más chicazo, por así decirlo, el caos y el desorden personificado, salvo cuando se trata de su trabajo.  Tiene miedo aterrador al compromiso, fruto de una infancia inestable con un padre ausente y una madre que se cree el centro del universo. Mac parece una chica fuerte, pero sólo hay alguien capaz de doblegarla. Su madre. Laurel es lo más aterrador que yo me he podido encontrar. No tiene medida , se aprovecha de su hija, la chantajea emocionalmente para conseguir lo que quiere sin el menor remordimieto.y su hija no sabe decir No. 
Hasta que aparece Carter, un profesor de literatura algo despistado y y con cierta tendencia a los accidentes, que pasó por la vida de Mac como un fantasma, invisible para la pelirroja, de quién Carter estuvo perdidamente enamorado. ¿O debería debería usar el presente? A pesar de su torpeza y de su inexistente don de palabra cuando tiene a Mac delante, Carter consigue llegar al corazón de la fotógrafa desde un primer momento. La pregunta es si Mac podrá dar el gran salto y confiar en alguién completamente.

Una de las cosas que más me ha gustado de esta historia es que el Príncipe azul, el heroe... Pues no es para nada heróico. No tiene sentido de la oportunidad, se le quema la cena, tiene un bagage sentimental y sus propios fantasmas dentro del armario, es pacífico por naturaleza y no le  van los líos... Es un tío normal. Un tío normal que tiene muy claro que quiere a Mac.  


Para que veais como es la cosa del marketing, esta novela tiene hasta su propio juego de esos de objetos escondidos, obviamente ambientado en el mundo de las  bodas, y con nuestras amigas como protagonistas. A mí me suelen gustar much este tipo de juegos de observación, pero debo admitir que no lo he probado. Aún.  Aquí os dejo el enlace por si os apetece probar a vosotros


Rosas sin espinas 

A continuación, conocemos la historia de Emmaline, la encargada de las flores y la decoración.
Al contrario que Mac, Emma proviene de una familia estable, donde sus miembros se apoyan y quieren incondicionalmente; una familia numerosa, donde las fiestas son auténticas muestras del cariño que se profesan. Junto con Parker, ha tenido una vida sin grandes problemas o dramas y una educación exquisita y cuidada.  Em es una belleza, un imán para los hombres y sabe perfectamente bien cómo manejarlos y qué le pide a su hombre perfecto. O eso cree. Hasta que Jack, ese amigo de toda la vida, comienza ser más que un amigo.
 Nunca una avería a pie de carretera dió tanto de sí.  Em sale de una de las fiestas y Jack lo hace al poco y se encuentra a la florista y su coche a un lado de la vía. Se para para intentar solucionar el problema y, con una sola mirada bajo el capó del coche y con el embriagador aroma del motor, comienzan a surgir los problemas.
Los dos tardan un poco en admitir que ahí está pasando algo, pero una vez hecho,  hay que encontrar la forma de contarles a todos , a ese grupo cerrado que consideras tu pequeña familia (y especialmente a Del, que protege a las chicas como todo un doberman), que  las tornas han cambiado y que Jack y Emma ha cruzado la línea de la amistad.
De las tres parejas (la cuarta entrega aún no la he comprado :P ), ésta es la más fogosa.  Y si no, que se lo pregunten a Lauren jajaja.
En cuanto a la historia, me ha gustado. Los amigos que pasan a ser algo más son un clásico y dan mucho juego, pero la  he visto demasiado plana. Quiero decir, tiene sus momentos; pero después de haber leido las otras, ésta me supo a poco.
En este libro también se dan pinceladas de lo que serán las siguientes historias, algo típico en la autora. Y Carter está más encantador aún, si es que eso era posible. 
Sabor a tí 
NOTA: Una frivolidad... Estuve a punto de no comprar este libro porque su nombre me recordaba a cierto programa de la tarde de Antena 3. Demos gracias a los dos anteriores por describirnos a una Laurel tan interesante que supo traspasar esa barrera sin el menor problema jajaja.
En el tercero de la serie conoceremos la historia de Laurel. Ella se encarga del catering en Votos, la empresa que llevan las cuatro amigas con un éxito indiscutible, aunque su especialidad son los postres. Leer esta novela debe subir tu nivel de glucosa de forma alarmante porque describe unos postres tan deliciosoooooooos que casi rogaríamos porque la lectura fuera de esas interactivas y te permitiese oler esas delicatessen que prepara Laurel jajaja. 
En cuestiones familiares, Laurel está en el grupo de Carter. Familia desestructurada, valiéndose por sí misma desde hace mucho tiempo, con los pies bien puestos sobre la tierra y cuyo único apoyo cierto han sido las personas que ahora la rodean y que, a pesar de la distancia que los separo durante una etapa de su vida, han sido su constante.
Laurel es quizá la que más secretos guarda de las tres que he conocido hasta ahora. No sólo en cuanto a cómo consiguió su sueño de ser una maravillosa repostera sino a su interés por Del Brown, el hermano de Parker. 
Durante años lo ha disfrazado en una especie de guerra de puyas entre ambos, tienen ese tipo de relación en que, a pesar del cariño que se sabe existe por ambas partes, no pueden dejar de fastidiarse el uno al otro. Ella porque no soporta que el sea un listillo (inteligente, muy inteligente) maniático del control en los negocios y en su vida personal; él, porque realmente disfruta de estas luchas dialécticas ya que Laurel es una digna oponente.
De repente un día, harta de que la trate como a su hermanita, decide demostrarle con hechos que ella no es su hermana. Y Oh, Dios, la que se lía. A ese momento seguirá el secuestro de unos zapatos, un par de notas o tres, desternillantes,  y el resto lo hará la natural manera de comunicarles a los demás lo sucedido.
Tengo que decir que Del me parecía un personaje soso de principio a fin, pero que, a medida que avanza la historia, y ves cómo reacciona a las provocaciones (algunas veces es el propio Del el que las busca) de Laurel, me he reconciliado con el personaje.  En esta historia, Del prueba un poco de su propia medicina. Si leistéis el libro anterior, entenderéis lo que quiero decir. Su indignación con Jack cuando se entera de que éste está interesando en Emma... Y que ahora el pase por lo mismo con alguien a quien, toda la vida, ha considerado como una hermana. 
Laurel y Del hacen  promesa  de no pasar de los besos, al menos durante un mes  cuando todo comienza. Para darse tiempo y comprobar que lo que sienten puede ir a más (Del es el que necesita ese tiempo, en mi opinión, para acostumbrarse a la idea de sentirse atraido por Laurel) porque temen estropear su amistad. Sobre esa promesa, los demás harán una apuesta. Y hasta los mismos protagonistas acabarán participando. Luego, Laurel da una explicación matemática de por qué, aunque han ganado la apuesta, en realidad la han perdido. Cosa que no es más que una justificación para conseguir lo que en ese momento quiere jajaja. 
La historia de Del y Laurel es la que me ha gustado más por el momento. Por el carácter de Laurel, sobre todo y por la reacción que he tenido hacia Del, al que de alguna manera no lo veía en el papel, por así decirlo. A falta de leer la cuarta, considero a la repostera el más refrescante de los personajes y la pareja, una de esas que se encuentran en plena batalla para no perder el control (sobre todo, él. Porque ella ya hizo bastante dando el primer paso. Pobre). La idea de empezar una relación con alguien que te conoce de toda la vida y de quien, supuestamente, tienes poco que conocer. Pero la vida te da sorpresas , aunque se conocen,  aun pueden descubrirse y soprenderse.

Conclusiones:
Bueno, como no hay tres sin cuatro -el dicho no es así, pero en este caso tendrá que servir.- Próximamente leeré el cuarto de la serie, aunque he de decir que han ido adelantando tanto en los dos últimos que casi se me quitan las ganas de leerlo. A ver si la señora Roberts me sorprende. 
En general, esta saga de las novias me ha gustado. Es el tipo de lectura tonta que una necesita en ciertos momentos. Si tuviera diez o doce años, leería Cenicienta o Blancanieves -es un decir. Las niñas de esa edad ahora están con Hannah Montana, los Jonas Brother y High School Musical.- Como no estoy dentro del grupo de futuras quinceañeras, me conformo con leer de vez en cuando una de esas historias románticas, simples y de mujeres como yo, por así decirlo jajaja.

viernes, 24 de junio de 2011

Mis amigos, mis amores - Marc Levy


De qué va:

Antoine y Mathias no han perdido el contacto desde que se conocieron de niños. Ahora, ya treintañeros, siguen compartiendo muchas cosas, pues ambos han pasado por un divorcio y por la experiencia de ser padres: Antoine, de un niño llamado Louis, y Mathias, de una niña llamada Emily. Pero mientras que Antoine se fue a vivir con su hijo a Londres, Mathias sigue residiendo en su París natal, cada vez más insatisfecho con su trabajo y teniendo que soportar que su hija viva también en la capital inglesa. Por eso cuando Antoine le propone regentar una pequeña librería en Londres, él acaba aceptando la oferta. Sin embargo, sus planes se ven trastocados por la decisión de su ex mujer de trasladarse a París por motivos laborales y de pedirle que se haga cargo él de Emily, para que la niña no tenga que adaptarse de nuevo a un cambio de hogar y colegio. Esto dará pie a que Mathias y Antoine decidan pasar de ser vecinos a vivir en la misma casa para así criar juntos a sus hijos. Eso sí, comprometiéndose a respetar dos reglas básicas de convivencia: no contratar a una canguro y no traer mujeres a casa.
Mis amigos, mis amores, la nueva obra del afamado novelista Marc Levy, es la historia de dos amigos que aprenden juntos a superar su soledad y a afrontar su condición de padres solteros. Tierna y cómica a la vez, esta novela de destinos cruzados hará las delicias de aquellos a los que les emocionaron Ojalá fuera cierto y Volver a verte.

Tercero  del  Maratón  Marc Levy

Qué tal estuvo:
Tengo que hacer una confesión. He tenido que esperar dos o tres días para escribir mi opinión sobre este libro porque, cuando lo terminé, estaba con un verdadero subidón. Me encantaba, me gustaba tanto que no sabía si esa opinión se debía al libro en sí o a mi estado anímico.
Pues bien, tres días después puedo confirmar y confirmo que éste ha sido uno de los libros que más he disfrutado en mucho tiempo. 
No entiendo por qué todo el mundo se empeña en catalogar a Levy o a sus historias como románticas. Hay historias de amor romántico, pero no son o, en su mayoría, no suelen ser el eje central. Y aquí hay historias de amor: amor fraternal, amor convertido en cariño, amor filial, amor paternal....
La historia comienza tal y como cuenta la sinopsis, con Mathias mudándose a Londres para: 
  1. Pasar más tiempo con su hija.
  2. Combatir la soledad en la que vive.
  3. Intentar reconquistar a su ex. 
Pero nada sale como esperaba. Tal y como llega a Londres se entera de que su ex vuelve a París por temas de trabajo y, aunque vive cerca de Antoine, sigue sintiéndose solo y al borde la claustrofobia en el minúsculo apartamento que comparte con su hija, único aliciente de su residente cambio de residencia.
Tras mucho dar la tabarra, y más por preocupación del estado mental de su amigo, Antoine accede a compartir casa con Mathias. Esto aquí todo muy ligerito, pero atentos a los métodos de Mathias para persuadir a su amigo.
Tras conseguir su objetivo, Mathias y Antoine tienen que lidiar con los problemas de convivencia y establecen dos reglas básicas: Nada de mujeres y nada de canguros. Ya comprobareis que estas reglas no escritas van aumentando a lo largo de la novela, dando lugar a momentos realmente cómicos.
Los caracteres de Mathias y Antonie están claramente definidos y son la principal fuente de conflictos entre ambos. Durante las primeras páginas, Mathias se comporta de forma tan pueril, rezongando por todo, poniéndole pegas a todo e intentando salir con la suya en cada momento( no es que eso cambie mucho a lo largo de la novela jajaja)... A veces hasta me daban ganas de abofetearlo.
Antoine, por otra parte, parece más centrado. Y la palabra clave es parece. Es un padre responsable, eternamente preocupado por cómo afecta a su hijo que su madre haya decidido cambiarlo por misiones humanitarias en África o no sé sabe muy bien qué... Pero, como todo, tiene sus puntos débiles.
La relación de Antoine y Mathias, peculiar donde las haya, llega a tal punto que el resto de personajes se mofan continuamente de este matrimonio mal avenido y, os juro, que han sido la causa de verdaderas risas y carcajadas mientras leía. Pasan por todo lo que un matrimonio de años haría: reuniones del cole, vacaciones juntos, conciliación de horarios laboral y familiar... Atento al tema de las vacaciones, porque es una de las partes más cómicas del libro.

Ambos utilizan esta amistad para esconderse de aquello que los aterroriza a morir: volver a enamorarse, a confiar.... Pero el amor aparece. Unos los ven a primera vista, sin ningún tipo de venda y a otros les cuesta dios y ayuda y una buena patada en el culo, pero lllega.
Mathias y Antoine están rodeados de una coro de personajes, todos ellos igual de especiales en cierto sentido. Sophie, la dueña de la floristeria de enfrente;  Ivonne, propietaria del bar en el que los personajes desayunan y que ejerce de madre de todos ellos. Este personaje me recordaba tanto a Mathilde, la camarera del puerto de Siete días para una eternidad; McKenzie, la mano de derecha de Antoine en su empresa de construcciones; Audrey, una especie de diosa bajada del Olimpo con algun que otro secretillo a las espaldas;....

Mención aparte merecen los hijos de ambos: Louis y Emily. Son muy inteligentes, a veces más que sus propios padres; y muy maduros para su edad, pero supongo que pasar por un divorcio/separación suele espabilarte un poco. Aún así, de cuando en cuando demuestran que no dejan de ser niños. Me encanta cuando Emily termina escribiendo en su diario y Louis haciendo anotaciones al margén.

Por último, pero no menos importante, los que hemos leído a Levy nos llevaremos una pequeña sorpresita bien avanzado el libro. El autor suele hacer este tipo de cosas, pero nunca un regalo tan bonito como éste. Atentos a esas vacaciones en Escocia y con quién se encuentra Antoine jajajaja.

Siento este testamento, pero el libro lo merece. He intentado no destripar nada, aunque sí contar lo suficiente para que os motive. Recordad que es una opinión personal y no profesional jajaja Os juro que cuando terminé este libro casi sentí pena de no volver a saber de Antoine, Mathias y todos los demás. Aunque con Levy nunca se sabe....


martes, 21 de junio de 2011

Páginas a 24 fps: El cielo protector

¿De qué va?:
1947... Port y Kit Moresby llegan en barco al norte de África. Al cabo de diez años de matrimonio, para esta sofisticada pareja norteamericana resulta difícil la convivencia. Port, un músico que lleva un año sin trabajar, busca en el desierto una fuente de inspiración y nueva savia para un matrimonio que se muere, mientras Kit, cansada de viajar, espera que un milagro le devuelva a su marido. Tienen un compañero de viaje, George Tunner, un joven rico y mundano, fascinado por los Moresby y atraído especialmente por Kit. Port, que se define insistentemente como un viajero y no como un turista corriente, no está muy seguro de su destino, pero está decidido a dejar atrás el mundo moderno, por lo que finalmente ambos se adentran en el Sáhara esperando encontrarse también a sí mismos. El viaje no lleva a la reconciliación, y Port y Kit se vuelven hacia otras personas en busca de consuelo. Kit tiene una breve aventura con Tunner y Port se siente seducido por una hermosa muchacha árabe, pero estas aventuras sexuales tampoco provocan una respuesta o una reconciliación. Tunner acaba marchándose y Port y Kit, adentrándose cada vez más en el desierto, no encuentran ni alivio ni inspiración, sólo el sol, la arena y las rocas de una civilización más antigua y más dura que los va destruyendo gradualmente.

Sirva de precedente que no es un libro que leí por libre elección. Eso no debería ser óbice para que, directamente, no me gustase, pero la realidad es que ése fue el resultado. Leas donde leas, todo el mundo pone a este libro por las nubes: Paul Bowles, un  genio. El cielo protector, una obra maestra. Uno de los grandes clásicos de la literatura americana... Pues bien, que me perdonen Bowles, los americanos y los hermosos cielos anaranjados del Sáhara, pero a mi me resultó un auténtico suplicio leerlo y mucho más tratar de resumirlo en pocas palabras. El cielo protector es uno de esos libros que hace un viaje por el lado más oscuro del alma humana, está lleno de pesimismo, tristeza, sexo y, a mi entender, tópicos llevados al extremo sobre la cultura árabe en general. 
Se detiene en interminables descripciones de paisajes, de viajes y lugares... Pero lejos de alentarme a conocer aquel paraiso desierto, lo que hace es quererlo evitar a toda costa. Las descripciones, o el exceso de ellas, no son signo de una mala historia (sirva de ejemplo, Los pilares de la tierra y sus interminables canteras de piedra o El señor de los Anillos y sus frondosos bosques, ríos, etc), pero en esta ocasión, se me hizo soporífera. Nunca llegas a tener muy claro hacia dónde va el autor o qué persigue con tal o cual acción.
En general, Bowles y su obra están llenos de esa oscura sombra de pesimismo y falta de energía para enfrentarse a la vida, como si el destino estuviese ya marcado y éste fuera poco menos que nefasto.

Tras semejante experiencia literaria, uno pensaría que nada más lejos de repetir. Pero la versión hecha para pantalla grande tenia sus grandes alicientes: un director y un reparto de campanillas. Si el libro no era del todo de mi agrado, tal vez el cine pudiese salvarlo para la causa.
Un director: Bertolucci
Cualquier aficionado, ya no digamos cinéfilo, tendría expectativas ante alguien capaz de tener en su haber El ultimo emperador, Novecento o El último tango en Paris. Bueno, pues todos tenemos un mal día. En mi opinión, se quedó en lo que nos quedamos todos: la sórdida relación sexo del matrimono fuera del matrimono, de un compositor que no compone y una escritora que no escribe y a los que el desierto parece condenar al más negro de los viajes con un más que esperado trágico final.

John Malkovich, Port Moresby
Para un músico, no crear música es como morir. Y Moresby muere en más de un sentido. Busca en la arena del desierto el último aliento para salvar su alma de compositor, su corazón y su matrimonio. Ya sé que todo el mundo pone a Malkovich por las nubes y, admito que, hace un gran trabajo dado el poco material con el que cuenta, pero no sé si seré un poco dura si digo que casi lo prefiero en uno de esos anuncios del Nescafé.
 El zoo de cristal (1987) dirigida por Paul Newman.
Tal vez soy yo la que tiene un problema con Malkovich, o más bien con su personaje en esta película, porque después de ver maravillas como El zoo de cristal (En día laborable, a las tantas de la madrugada, en la 2 y en versión original, ahí es ná jajaja) o El imperio del sol, De ratones y hombres o incluso la más comercial El hombre de la máscara de hierro, donde Malkovich a la sazón con Jeremy Irons hacía merecer la sola visión de la película. Un hombre capaz de participar en esa extraña rareza que fue Cómo ser John Malkovich o encarnar a un Valmont capaz de seducir a la ángelical Michelle Pfeiffer en Las amistades peligrosas...

Debrah Winger, Kit Moresby
George Tunner (Campbell Scott)
A favor del personaje de Debrah diré, sin menospreciar a Malkovich, que entiendo que tuviera su affaire con el tal Tunner si éste tiene el porte de Campbell  Scott, por quien siempre he sentido una debilidad a la que aún hoy (cuando lo veo encarnando a Boris deapellidoimpronunciable  en Royal Pains) no le encuentro explicación. Líos con atractivos caballeros aparte, no sé si el ya cargado ambiente que acompañaba a esta película hace que me olvidé que Debrah es la misma a la que Richard Gere saca en brazos de aquella fábrica, que es la misma a la que Shirley McClaine amaba y odiaba por momentos, la misma que hizo conmover el corazón de un frío Anthony Hopkins... Y es que, para según que cosas, los lectores-barra-aficionados al cine, tenemos memoria selectiva, que diría alguien que conozco.
Y ahora diréis: No le ha gustado nada de esta pelicula, pues... Os equivocais. La música es preciosa, una banda sonora compuesta por el incombustible Ryuichi Sakamoto. Y como la música es algo que no podemos explicar con palabras, sirva un ejemplo. El tema principal de la banda sonora cortesía de agmcinefilo o la maravillosa fotografía de Storaro, que convierten las eternas descripciones de dunas de arena, calor casi tangible y atardeceres anaranjados en algo que anhelar.
No sé si con el tiempo, descubriré esa parte de la historia o de la película que parece he perdido. Uno cambia con el tiempo o el tiempo lo cambia a uno... No estoy muy segura de cómo funciona. Y si no es así, ningún tiempo debe darse por mal empleado cuando hablamos de libros. No hay libros malos o escritores malos, sólo gustos literarios diferentes. Y parece que Bowles no es de  los míos. 






lunes, 20 de junio de 2011

Siete días para una eternidad - Marc Levy

Argumento:
Por primera vez, Dios y el diablo están de acuerdo. Cansados de sus eternas disputas y deseosos de determinar de una vez por todas quién de los dos debe reinar en el mundo, deciden entablar una última batalla. Las reglas son las siguientes: cada uno de ellos enviará a la Tierra un emisario que contará con siete días para decantar el destino de la humanidad hacia el Bien o el Mal. Dios y Lucifer establecen que el enfrentamiento se producirá en la ciudad de San Francisco y eligen a sus mediadores. Dios escoge a Zofia, una joven competente, con el encanto de un ángel. Lucifer se decide por Lucas, un hombre atractivo sin ningún tipo de escrúpulos. La tarde de su primer día en la Tierra, los destinos de Zofia y Lucas se cruzan, pero para consternación de Dios y el diablo, el encuentro, lejos de provocar un altercado, toma unos derroteros insospechados.

He de admitir que empecé este libro con algo de desgana porque el anterior que leí de Marc Levy Volver a verte me había gustado tanto que era difícil de superar. Pero la idea de que la lucha entre el bien y el mal se terminara en tan sólo siete días y recayera en las manos de dos de sus mejores agentes, era cuando menos atrayente.
Así que, ahí que empiezo, y la verdad me costó meterme en la historia. Tiene bastantes personajes secundarios y, aunque sabemos que Zofía es una chica ocupada, a muchos de ellos no les encuentras el sentido hasta bien llegado el final. Cuando la cosa parece que se anima un poco.
El detalle del tatuaje de ella y su falta absoluta de apetito en contraposición con la voracidad de él es algo que después nos dará algunos momentos de los más tiernos, si bien no entendemos al principio porque tanto hincapie en la comida. La descripción que nos hace de Dios ( o debería llamarlo Houston? jaja) y su particular afición es muy peculiar.
Un personaje que me dío para muchas risas fue el de Mathilde, la camarera del bar del puerto, que tiene alguna de las líneas más ocurrentes de todo el libro:
– ¿Conoces alguna historia de amor que sea sencilla? Zofia, siempre te he visto sola, y eras tú quien me decía: «Somos los únicos responsables de nuestra felicidad». Pues bien, hija mía, tu felicidad mide un metro ochenta y cinco y pesa setenta y ocho kilos de puro músculo, así que, por favor, no pases por su lado. Tratándose de felicidad, hay que ponerse debajo.
Aun así, con historia original y personajes que dan alguna que otra sorpresa, el final ha sido un poco flojo y como a la ligera. Me da la sensación de que a Levy se le acababa el plazo para entregar el manuscrito o algo porque es un final sorprendente, pero flojo y de casi un segundo en el que dices: ya está? 
Quizás es que esperaba demasiado por los que he leído anteriormente, quizás debí esperar algo más de tiempo para leer otro de Levy para no tener tan reciente el anterior, pero... si una hace una maratón, hace una maratón.